sábado, 14 de abril de 2012

El cuerpo del niño es la fuente inicial de todo conocimiento.

A través del movimiento corporal el niño aprende a reconocerse a sí mismo y a conocer el mundo que le rodea, en una dimensión tanto física como afectiva.


Se ha dicho que el movimiento es el pensamiento en acción. En efecto, parece que el movimiento sea la primera forma de pensamiento, la que condiciona la aparición del pensamiento abstracto. Es por tanto, simultáneamente, un producto del psiquismo y un factor de construcción y modelado de este último.

Desde el punto de vista educativo, el papel de la educación psicomotriz está en función de las etapas de desarrollo del niño.

En un primer momento jugará un papel central en cuanto que constituye el fundamento del desarrollo afectivo e intelectual.

Más tarde mantendrá una estrecha relación con diversas actividades escolares con las que colaborará simultáneamente al desarrollo integral de la personalidad.


La actividad musical, por su parte, ofrece así mismo múltiples aspectos que favorecen el adecuado desarrollo de la Educación Psicomotriz.

La Música como estímulo sonoro exterior, al entrar en contacto con las zonas receptivas del niño (sentidos, afecto, mente) tiende a penetrar e interiorizarse, induciendo a un mundo sonoro interno (reflejo directo o representación de aquél) que a su vez tenderá naturalmente a proyectarse en forma de respuesta o de expresión musical.

Inicialmente, la sensación musical provoca una respuesta motriz. De acuerdo con las distintas calidades receptoras del niño y sin intervención de la conciencia mental, los datos musicales serán registrados con mayor o menor nitidez y prolijidad, progresivamente separados sus elementos, simplificados, recompuestos, organizados, fijados, en un proceso perceptivo.


En una segunda etapa, donde se produce una progresiva y natural diferenciación de los elementos musicales, el niño manifiesta a través del lenguaje hablado una respuesta de carácter marcadamente afectivo al estímulo musical. Esta participación afectiva conlleva una respuesta de manipulación espontánea del material sonoro, especialmente a través del canto.


Por otra parte , la música contribuye esencialmente al desarrollo de la Educación Psicomotriz aportando innumerables actividades, basadas generalmente en el juego, que favorecen la adecuada coordinación y control psicomotor, a través de una dimensión rítmica fundamental

La experiencia motriz que aporta el niño al acceder al Curso de Iniciación Musical constituye una base del conocimiento, que evoluciona desde una dimensión espontánea a una dimensión progresivamente consciente y racionalizada, sin dejar nunca de lado el valor emocional que dicha actividad conlleva

La exploración directa en un ambiente musical y el contacto con los instrumentos permitirá el dominio del tiempo y el espacio, prolongando su gesto corporal en todas las direcciones, encontrándose con los gestos de los otros y hallando de esta manera una forma de comunicación.



La Música constituye un elemento esencial en el desarrollo de este proceso, bien como acompañamiento de la actividad, como apoyo al gesto, como sugerencia o como eje organizador del movimiento.

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